Al
bajar el camino del Colmenar,
percibo
el olor de mi cálido mar,
desde
el tomillo y retama, su brisa
fresca,
da
a
mí rostro caricia tierna.
El
piélago color azul muestra,
vistosísimo
y sutil fenómeno,
que
al alma trasmite frescor sereno,
y
sensación de alegría
grata.
El
azahar esparce en primavera,
aromas
sutiles y embriagadores,
por
ello, el ardor amoroso excita.
El
jazmín y galán, tímidos arbustos,
al
estío nocturno emiten sus aromas,
y
sus mezclas, olores exquisitos.
Herodoto
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