Pelo blanco, piel arrugada,
manos temblorosas sobre cayado,
espalda doblada por duros trabajos,
mirada ida en recuerdos pasados.
En tu vida nunca hubo descanso,
nunca trabajaste para ti,
arando los campos de la vida,
con humildad, silencio y sufrir.
Las derrotas curaron tus fantasías,
los caminos se torcían a tu paso,
los vientos frenaron tus energías,
¿tus ilusiones?, nieblas de fracasos.
La bondad en tus ojos,
la suavidad en tus palabras,
la caricia en tus manos,
la paciencia en el tiempo.
En silla de anea esperas a tus allegados,
que olvidan lo que para ellos fuiste.
De tus ojos caen lágrimas secas,
porque te sientes abandonado.
Proa al horizonte, vista al crepúsculo,
velas rasgadas en mástil viejo,
pólvora mojada en cañonera gastada,
navegas, con fría brisa, hacia el último puerto.
Esperas la mano
que te ayude a cruzar el túnel.
Esperas esa luz
que ilumina la frontera.
Esperas la nueva vida de la que te hablaron.
Con la esperanza que no sea una quimera.
Sairf 15-06-2012
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